La toponimia

24/10/2011 at 16:56 2 comentarios

«Denominá-las muestras ciudáes, pueblos y continentis con un nombri jolasteru, equival a someté-la muestra idintidá a la voluntá de los muestros invasoris y los sus herederos» (Takir Mamani, líder revulucionariu aimara)

La toponimia podemos definirla como el conjunto de nombres de lugar en un espacio dado. Desde Proyeutu Depriendi nos interesa apoyar en la medida de nuestras posibilidades el uso de la toponimia tradicional de los lugares en los que se habla cántabro, entendida como una parte fundamental de éste.

En Corcega parlan "con la U", cumu nós, y asina las gastan

En Córcega parlan "con la U", cumu nós, y asina las gastan

Creemos que no sólo es una parte básica del cántabro, como decimos, sino que también es una de las vías por las que más visiblemente podemos abordar su recuperación y vigencia.

Las distintas administraciones se han aplicado a la hora de reflejar los nombres de lugar falseados. La norma ha sido adaptarlos a presuntas formas castellanas, generalmente a fuerza de cambiar úes por oes, íes por es, y jotas por haches o efes. Esto no significa que el resultado de tales operaciones de cirugía estética cultural sea necesariamente comprensible en castellano. Por ejemplo, donde encontremos un lugar llamado El Mazu, quienes sepamos cántabru esperamos encontrar una elevación con la cima llana y prolongada, en tanto que un mazo en castellano es un martillo de buen tamaño, y quizá no siempre podamos encontrar un mazo en un mazu para contentar a los turistas. Quitarle la jota a Jelgueras para convertirlo en Helgueras no le da ninguna significación en castellano, aunque el funcionario autor del hurto pueda dormir aquella noche sin miedo a recibir una reprimenda. Hay topónimos que han sido respetados porque no contienen la “U” ,la “I”, o la jota que tanto incomodan a las autoridades, aunque el interesado velo que la administración ha corrido sobre el cántabro hace que mucha gente cuando oye nombres como La Llama o Las Llamas los asocie erróneamente con lugares donde se hacen quemas, y no con sitios cenagosos, que es lo que son las llamas, lamas, llamizas, etcétera. En definitiva, conocer el cántabro y reivindicar la toponimia tradicional como parte de nuestro patrimonio es luchar contra una ignorancia en la que se nos ha ido sumiendo intencionadamente.

En general, la norma que los funcionarios más o menos acomplejados, sabihondos o inquisitoriales emplearon  es  eliminar todo aquello que les suena a cántabro, en la medida en que alcanzan a discernirlo. La misión de la toponimia oficial es asumida como una operación de depuración etnográfica,  ya que en vez de identificar el lugar concreto tomando como fuente la denominación nativa de cara a la exactitud geográfica, lo que se hace es darle prioridad al cambio de registro lingüístico aunque ello pueda dar lugar a confusiones. En realidad, el interés geográfico que motiva la búsqueda toponímica es entorpecido. Hay de por medio un interés político-social en el que lo indígena ha de ser borrado, como en –o quizá desde– aquellos tiempos amazónicos de cruces, espadas y arcabuces. Encarnados en profesores, académicos, funcionarios, políticos, periodistas, columnistas o forjadores de la opinión pública, los tataranietos  del inquisidor, del virrey y del marañón siguen sintiéndose portadores de una cultura superior destinada a prevalecer. Aunque por causa de la poca resistencia que se le ha opuesto sea de baja intensidad, la  limpieza étnica es también hoy y aquí.

Conocer, usar y divulgar la toponimia tradicional, es también una buena forma de empezar a asumir el uso del cántabro de forma individual y de cara a los demás. Iniciamos, pues, una nueva sección y una nueva etapa. Desde aquí pretendemos modestamente ayudaros a conocer esta parte tan importante de nuestro patrimonio compartiendo una parte muy significativa de los datos que poseemos. Esperamos que por vuestra parte esta labor continúe, pues la recogida y difusión de nombres vernáculos está al alcance de cualquiera que se interese por ello, y el trabajo de Proyeutu Depriendi es de ida y vuelta. Esperamos vuestras aportaciones en este proyecto, y cómo no, en la calle.

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EnfoCant, primer medio de comunicación en incluir amplios contenidos en lengua cántabra El cambiazu (Jesús Cancio, 1928)

2 comentarios Add your own

  • 1. SORGINTXO  |  25/10/2011 a las 9:13

    No son los funcionarios. Es vuestra clase política la que aliena vuestras raices y costumbres. Reinvindicadlo desde las urnas y para eso tendreis que convencer a vuestra gente y sino….. a pintar carteles con spray, como en Euskadi.

    Responder
  • 2. Mariano Ramiro  |  11/03/2012 a las 21:57

    Me gusta esta fala cantábrica tendrían que unirse con los asturianos, mirandeses, leoneses y extremeños para la defensa y promoción lingúistica de vuestra lengua dejen atrás las diferencias regionales y van a haber que rescatarán una lengua para vosotros y la humanidad.

    Responder

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